Considerado como uno de los compositores más innovadores y célebres de Gran Bretaña, Michael Nyman, quien posee una extensa obra que incluye óperas, cuartetos, bandas sonoras de películas y conciertos orquestales, presentó por primera vez en México la música que escribió en 2011 para la película (originalmente muda), “El acorazado Potemkin”.
Remontándonos a la historia, la primera versión fue obra del compositor austríaco Edmund Meisel y que, con los ruidos de la película sobrepuestos, a Einsestein le parecía ideal.
Al ser restaurada la película en 1976, como banda sonora se usaron las Sinfonías 5, 8, 10 y «1905» de Dmitri Shostakóvich que le dieron al «Acorazado» un carácter infinitamente más conmovedor.
En 2004 y 2007 los grupos «Pet Shop Boys» y «The Sun Kings» presentaron sus versiones de la música de la película, arreglada en estilo pop.
Ahora y a 87 años de su filmación, esta cinta se proyectó en el patio central de la Casa de Cultura de Morelia con la musicalización en vivo propuesta por Nyman desde su versión contemporánea, cuyos acentos dramáticos potencian significativamente el filme.
El acorazado Potemkin, película que por cierto alguna vez estuvo prohibida en España y durante el franquismo solo se podía ver mediante algunas sesiones clandestinas; se estructura bajo el modelo de las tragedias clásicas, por cinco grandes actos titulados: Hombres y gusanos, Drama en cubierta, La muerte pide venganza, La escalinata de Odesa y Encuentro con la escuadra.
Respecto al acorazado Potemkin, Michael Nyman comentó “la imagen existe sin la música, la imagen existe por sí sola, hay mucha información, Einsenstein escribió sobre la música para sus películas, él tenía una idea de una estructura sinfónica en muchas de sus películas, quizá no tanto en el caso de Acorazado Potemkin.
Eisenstein tenía una relación muy cercana con lo que él quería entre la música y la imagen, en este caso Potemkin tiene una estructura narrativa que se define por sí sola con la imagen. Está basado en hechos reales sin necesidad de ser necesariamente un documental, aunque sí toca el trasfondo político que corresponde a la realidad.
Yo ya he hecho bandas sonoras para otras películas mudas, que son en realidad documentales basados en la realidad. Entonces, es interesante la diferencia, el contraste que se da en este caso, es un documental de Eisenstein hecho como ficción, la perspectiva es muy diferente en las obras de Dziga Vertov; ya que Eisenstein muestra el carácter político, una visión de la Rusia real.
Es una paradoja que El Acorazado Potemkin se ha politizado siendo obra de ficción y las otras películas de Dziga Vertov no tienen ese carácter ficticio, no han adquirido esta fuerza política”, expresó el reconocido músico.
Por último, Nyman relató durante la conferencia de prensa previa a su participación en el Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez “desde que tengo 5 años tengo contacto con el cine, pues donde yo crecí no había mucha música salvo música popular. En Inglaterra, a finales de los años 40, había unas proyecciones especiales para niños y jóvenes los fines de semana.
Sin embargo, a los 8 años empiezo a tomar clases de música y eso sábados a estudiar -de cierta manera a los 8 años me arrebatan el cine para poder estudiar música-, eso crea una forma de relación psicológica entre las dos áreas. El cine es una actividad social, yo solía ir a las funciones de los sábados con mis amigos, contrario a estudiar música. Cuando estudias música te enseñan que tienes que ensayar solo y sin reunirte con tus amigos, es una actividad solitaria.
Pero, resaltó, lo más importante de todo, es cómo la gente se familiariza con la música, cada persona tiene una manera de necesitar, y de utilizar la música, es diferente con cada persona, a lo mejor un pintor escucha mi música y a partir de mi música crea una pintura, algunos pueden utilizarlo como antidepresivo, o algunos la usan para muchas otras razones; pero lo trascendental es que no dejen de escuchar música y por su puesto ver películas”, concluyó.
El acorazado Potemkin es la recreación fílmica de un hecho histórico en el marco de la Revolución Rusa de 1905. Los marineros, fustigados por las pésimas condiciones de vida a las que se veían sometidos, aunado al espíritu de rebelión de la época, se amotinaron y arrojaron al mar a los oficiales que mandaban en el barco.
Es en Odesa donde los marineros encuentran solidaridad en tierra firme, misma que dura muy poco debido a la brutal represión ejercida por los cosacos.
Para más información visita: www.festivalmorelia.com
Por Bárbara Amador
Información y fotos cortesía FIMM/Elsa G. Macías