Hola amigos pues ya estamos en el mes de Noviembre y como saben muchos ya están buscando disfraz, ya sea para una fiesta de disfraces o para salir a pedir calaverita.
La mayoría de los ahora jóvenes les resulta ya muy tonto ir de casa en casa diciendo: “Me da mi calaverita”, pues ahora con algo llamado trabajo y que nos genera dinero, podemos ir y comprarlo sin ningún problema. Su servidor que aún es un niño inmaduro, entiende la magia de salir disfrazado solo o con tus amigos y juntar todos los dulces del mundo (aunque sea solo de unas 20 cuadras). Antes en verdad se sentía el miedo en las calles y no hablo de los payasos que están asustando algunas partes de México, si no que en verdad se sentía el miedo de lo sobrenatural.
Recuerdo que en aquellas épocas en la televisión nos pasabas muchos promocionales de películas de terror, era una semana entera, títulos como: “Eso el payaso”, “Viernes 13”, “Cementerio de animales”, “El exorcista”,”Chuky el muñeco diabólico”, “Pesadillas en la calle del infierno”, etc., verlas a los 6 o 7 años era casi seguro no dormir. Unas no tan tenebrosas como: “Vacaciones de Terror” con el antiguo Bruno Mars de mi Mamá, Pedro Fernández, “Santo contra las momias de Guanajuato” (ese santo era la onda).
Había otras que eran para niños, una era “Las Brujas”, trataba de unos morros que se van de vacaciones con su abuela, en el pueblo hay una especie de convención de Brujas en donde secuestran a los niños para comérselos, pero a ellos los convierten en ratones, ahora junto con su abuela tienen que ayudar a los demás niños del pueblo de las garras de esas brujas. Suena un poco light, pero la escena donde se transforman en ratones las brujas si te deja un poco traumado. Una de mis favoritas es “Abracadabra”, donde unos jóvenes resucitan por error a tres brujas de Salem, las cuales juraron vengarse de todo el pueblo por llevarlas a la hoguera, y depende de ellos y un gato, detenerlas antes de que amanezca.
Uff!! Qué buenos recuerdo; pero en aquellas épocas se respiraba miedo, ahora gracias a las tecnologías podemos ver como se hacen esos grandes efectos y disfraces de los personajes.
Y siguiendo con los recuerdos, en la primaria siempre me pedían mi cooperación de $35 pesos para un convivio que tenías de Día de Muertos, nos daban un pan de muerto, chocolate o atole y un dulcero (que la vocal dizque hacía). Los maestros siempre tenían la genial idea de contar nuestras grandes leyendas mexicanas: “La llorona”, “El charro negro”, “La planchada”, “La Nahuala”, etc.
Después un concurso de disfraces donde no falta el Kiko de la clase (el de dinero), que llevaba un disfraz mucho mejor que el de los demás, y por experiencia a veces nos teníamos que limitar con un hibrido de varios trajes de años pasados, pero, ¿eso importaba?, ¡claro que no!, disfrutábamos si éramos un vampiro, hombre lobo, el hombre del papel (una momia), una bruja, zombie (aunque su servidor si se quedó con las ganas de ser un hombre lobo).
La pregunta de siempre…¿Qué tiene esto que ver con los 90´s?, tienen que ver con todo lo que no consideramos en la infancia en la tuya, en la de ellos, en la de nosotros. La palabra sería disfrutar nuevamente y ayudar a nuestras nuevas generaciones y demostrarles que les falta mucho barrio.
Bueno espero y les haya gustado está reflexión, la próxima semana tendré un especial de “Le temes a la oscuridad y escalofríos”.
Buenas fiestas y recuerden es #DíadeMuertos y no #Hallowen.