El Día de Muertos se celebra en diversos recintos del INBA

El Palacio de Bellas Artes, la Galería José María Velasco, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo y el Salón de la Plástica Mexicana, son espacios del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que preservan la tradición del Día de Muertos, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

La muerte, ese personaje omnipresente en nuestras vidas, ocupa un lugar especial en la cultura del mexicano, por eso se le espera y festeja cada año, con las tradicionales ofrendas que deben cumplir ciertos requisitos para que se considere que están bien puestas y que las ánimas lleguen a convivir con sus seres queridos.

El Palacio de Bellas Artes colocó una ofrenda en el vestíbulo, misma que elaboraron los alumnos de la Escuela de Artesanías del INBA en homenaje a José Guadalupe Posada en su centenario luctuoso. Ocho altares, cada uno con un estandarte en el que se aprecian imágenes de calaveras de diferentes oficios y ocupaciones, como el vendedor de pulque, el voceador, una con su sarape y su botella de aguardiente en la mano, otra fumando un puro. En el centro, el lugar corresponde a la Calavera Garbancera, o la Catrina, como la rebautizó Diego Rivera.

Los altares contienen alimentos, flores, calaveras de azúcar, flores, papel picado y algunas pequeñas figuras, como uno que muestra a unas mujeres tejiendo en telar. Los alumnos colocaron un texto destacando la importancia de Posada como grabador y artesano que concibió, vivió y representó al mundo en forma diferente. 

En la misma Escuela de Artesanías, los alumnos dejaron fluir su creatividad y montaron ocho ofrendas. Este jueves 31 de octubre, de 18:00 a 20:00 horas, se hará un recorrido para elegir a los tres primeros lugares. 

Una de las ofrendas más tradicionales es la que se coloca en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo desde 1987. Esta celebración la solían festejar los artistas en su casa de San Ángel. 

La Ofrenda de Día de Muertos estará acompañada por una serie de claveritas literarias seleccionadas a través de un concurso, todo ello dedicado a Federico Sánchez Fogarty, promotor cultural potosino e impulsor de las artes en México, por lo que la ofrenda se instaló al estilo de la región huasteca. 

En la Huasteca potosina se celebra a los muertos a partir del altar, que en aquella zona se le denomina “arco”, ya que su atributo central consiste en cuatro varas adornadas con flores, frutas y panes. Estas varas se colocan en cada esquina de una mesa de madera en las que se distribuyen los elementos tradicionales que se ofrendan a las almas. 

El arco se elabora con hojas de limonero y flores de cempasúchil y en la parte central se colocan algunas imágenes religiosas a las que se les pide por el descanso de los difuntos. A un lado se colocan las fotografías de quienes son recordados en estas fechas. 

La mesa para la ofrenda contiene frutas, dulces, pan, cigarros, tamales; al pie de la mesa, en un carrizo, se colocan las velas y un incensario, sin faltar el sendero con flores de cempasúchil para guiar a las ánimas. Esta ofrenda estará únicamente hasta el domingo 3 de noviembre. 

Del sur nos vamos al centro, donde la Galería José María Velasco, ubicada en el tradicional Barrio de Tepito, se unió a la celebración de los habitantes de la colonia, una de las de mayor arraigo entre la comunidad. 

El altar de día de muertos está dedicado a Frida Kahlo. El colectivo cultural Los Olvidados, integrado por jóvenes y adultos residentes de la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo, elaboraron su versión de Las dos Fridas en cartonería. Desde luego que se complementa con flores de cempasúchil, papel picado y velas, entre otros elementos. Esta instalación permanecerá hasta el 16 de noviembre. 

Por otra parte, el Salón de la Plástica Mexicana se suma a los eventos con tema mortuorio con las exposiciones La muerte tiene permiso, ex votos, altares y ofrendas y Entre cultos y ocultos. Homenaje a Uriel Parker 1966-2011.

En el primer caso, se trata de una muestra colectiva de la visión que los artistas del Salón tienen en torno a la muerte, expresada a partir de diversas técnicas, propuestas y disciplinas, para lo cual emplean variados medios de expresión. Se podrán ver vírgenes, crucifijos, retratos de seres fallecidos, imágenes y símbolos cristianos, aunados a calaveras, papel de colores, incienso, velas, luces y flores.

Respecto a Entre cultos y ocultos, se trata de una serie de 22 obras, entre óleos, acrílicos y mixtas de mediano y gran formato. Parker nació en la Ciudad de México en 1966. Se interesó desde muy joven por el dibujo y la pintura. Su formación autodidacta le permitió experimentar con toda libertad la figura humana. En sus cuadros creó escenas violentas impregnadas de terror, sangre, soledad y devastación con pinceladas firmes y expresionistas. Murió en Chile en 2011, en la plenitud de su producción artística. Ambas exposiciones estarán hasta el 11 de noviembre.

Por Blanca Godoy 

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