Las grandes urbes que van creciendo, tanto en habitantes, como en espacios privados (casas, edificios, centros comerciales, etc.) provocan la reducción de los espacios libres para la recreación y la cultura, lo que repercute en la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.
Por esta razón es importante que aprovechemos los espacios públicos como los parques, las explanadas, ciertas calles o avenidas e incluso buscar proyectos para ocupar edificios abandonados, antiguas fábricas o inmuebles que fueron diseñados para otros usos y que en determinadas circunstancias y debidamente adecuados pueden albergar actividades y proyectos culturales.
Paradójicamente en la actualidad en las grandes ciudades hay un notable crecimiento de esparcimiento social pero sólo en puntos específicos y céntricos de las mismas, espacios públicos como los parques o las banquetas de las grandes avenidas, son ejemplos del interés y la necesidad de espacios para la realización de distintas actividades personales y colectivas de ciertos grupos de personas, pero en todo el país, en cada colonia, ciudad y estado hay espacios que están desaprovechados y que tristemente terminan siendo basureros o lugares para cometer delitos.
Es responsabilidad de todos los que cohabitamos en el país, tanto ciudadanos como autoridades, generar interés en los espacios públicos; así como cuidarlos y preservarlos, pues sin duda, son una forma de acercar la cultura a todos, además de dar a conocer todo el talento que existe en México y con ello contribuir a mejorar el tejido social que tanta falta hace en la actualidad.
Por Bárbara Amador