Mina, Nuevo León es un municipio con gran historia arqueológica, su fundación fue en el año 1608 y se conoció antiguamente como San Francisco de Cañas, San Francisco en alusión a San Francisco de Asís y Cañas por la gran producción de caña de azúcar que se logró en esas tierras. Fue hasta que 1851 que este municipio ubicado al noreste del estado recibió el nombre de Mina en honor al General Francisco Javier Mina.
Caracterizada por sus reservas acuíferas, un lugar próspero dedicado a la agricultura, posee manantiales y una gran proporción de mantos acuíferos para abastecer a la ciudad. Con el desarrollo de Monterrey y su consolidación como una ciudad cosmopolita dio pie a que en 1988 se descubrieran restos de mamut, que género en la región gran interés para la construcción del Museo Bernabé de las Casas, el cual guarda estos restos en sus instalaciones, detonando así el turismo en el municipio.
Orientado a la paleontología, antropología e historia de la región el museo también exhibe puntas de lanzas y otros artículos de gran trascendencia histórica, que datan de la época neolítica.
Muy cerca del Museo se encuentran Boca de Potrerillos una zona arqueológica que alberga cerca de cuatrocientas rocas grabadas por el hombre neolítico, dicha área es especial para quienes disfrutan de la astronomía, pues permite un cielo abierto donde se pueden contemplar las estrellas.
En la inmensidad del desierto, se ubica la Ex-Hacienda San Antonio del Muerto, un lugar que reta al tiempo y que se ha convertido en un sitio privilegiado por los turistas e historiadores. La Ex-Hacienda, más que un espejo en la soledad del desierto, inspira a sus visitantes quienes lo han clasificado como un lugar mágico que atrae y que sorprende, en cada visita encuentran algo nuevo en esta antigua construcción de adobe.
Grande es la variedad de plantas que crecen en la zona como la candelilla, la damiana, el toloache, la gobernadora, la calderona, el hojasén, entre otras, el progreso en esta zona ha permitido encontrar en excavaciones restos de carbón de nogal, sauce y pino. En cuanto a su fauna podemos destacar la presencia de armadillos, coyotes, tejones, víboras de cascabel, venados, zorros, liebres y conejos. Entre actividades que llevan a cabo en la región destacan la agricultura, ganadería, extracción de minerales y exportación de productos locales.
Dentro de su historia destaca la leyenda del Niño Fidencio, un joven proveniente de Guanajuato al que su tío llevó a vivir a la localidad de Mina, se dice que poseía poderes para curar cualquier enfermedad; tanto así que el ex Presidente Plutarco Elías Calles, al escuchar de él mandó hacer una estación de trenes en la comunidad para que Fidencio Constantino Cíntora le hiciera curaciones.
Su fama se extendió por todo el noreste de México y fue reconocido en Estados Unidos y hasta la fecha se sigue practicando el “El Fidencismo”.
Por Bárbara Amador