En el campo de batalla, el chimalli (escudo circular) fue una poderosa arma defensiva de los guerreros mexicas. En sus versiones de lujo fue insignia de valor en ceremonias y rituales, usado por gobernantes, sacerdotes, para ataviar deidades y para distinguir a los mejores combatientes y jefes de grupos guerreros. Pero la naturaleza orgánica de sus materiales constitutivos y el paso del tiempo, lo convirtieron en uno de los objetos históricos más frágiles.De los destinados a la guerra ninguno se conservó; de los insignia, profusamente decorados con finas láminas de oro, plumas de aves multicolores, piedras semipreciosas, perlas y cascabeles, existen cuatro en el mundo y sólo uno está en México.