Durante nuestra infancia juventud crecemos creyendo la mayoría de las cosas que vemos en la televisión, sobre todo aquellas que nos generan duda sobre su existencia. Un ejemplo podrían ser los ovnis, monstruos feroces, gigantes, brujas, viajes en el espacio, novias o novios fieles (está es broma), etc.
Tal vez recuerden conmigo dos programas que nos adentraron al mundo de lo sobre natural (no estoy hablando de Jaime Mausan). “Escalofríos” y “Le temes a la oscuridad”. Ambos programas con corte infantil/adolescente, que en definitiva nos llenaban de historias que jamás hubiéramos imaginado.